viernes, 4 de noviembre de 2011

TUPAC AMARU II

Hoy se recuerda un aniversario más del inicio de la rebelión de José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru II, en contra de la dominación española. Una rebelión que no significaba sólo la liberación nacional, sino también la liberación social del pueblo peruano.



Tupac Amaru: el peruano del milenio



La noticia de la rebelión indígena cundió en todos los virreinatos españoles, y en lugares tan distantes como Puebla (México) se dieron motines de evidente carácter tupamarista. En la actual Colombia hubo una rebelión comunera, bajo el influjo de los triunfos tupamaristas, y en el poblado de Silos Tupac Amaru fue proclamado rey de América. En Venezuela fue símbolo de la lucha contra el dominio colonial.

En Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile también hay acciones indígenas y criollas que reflejan el impacto de la gesta tupamarista. Sin embargo, el epicentro de toda la revolución fue el sur andino peruano y el altiplano peruano-boliviano. En este amplio espacio se mantuvo viva la insurgencia por 3 años.


Eso quiere decir que el alzamiento tupamarista no culminó con la muerte de Tupac Amaru II y su familia más cercana, en mayo de 1781. Por el contrario, en los meses subsiguientes a este crimen, la rebelión se radicalizó bajo la dirección de Diego Cristóbal Tupac Amaru, primo hermano del inca, y del jefe aimara Julián Apasa, Tupac Katari. Para tener una idea de la envergadura humana de la sublevación, debemos anotar que los tres primeros meses de las acciones se movilizaron más de 100 mil indígenas y mostraron su desobediencia al orden español cientos de miles más.




Pero la importancia de Tupac Amaru II no reside solamente en lo que acabamos de reseñar, su gravitación va más allá de la conmoción social que produjo y se proyecta hasta nuestra época.


1. La rebelión de Tupac Amaru fue, en verdad, una revolución nacional y social, cuya proyección histórica es superior a las gestas emancipadoras de Bolívar y San Martín.


Tupac Amaru pretendió juntar en un frente nacional contra la dominación colonial a indios, negros, mestizos y criollos, es decir, convocó a todos los peruanos a luchas bajo su conducción. Para esto, reclamaba y ponderaba su carácter de inca, de jefe enraizado en lo que es el sustrato más importante de la nación peruana. Esto es fundamental, sobre todo si lo ligamos a su condición de propietario de “empresas” de arrieraje y poseedor de tierras. Socialmente, Tupac Amaru pertenecía a una naciente burguesía comercial peruana; que en la época de la rebelión, podía desempeñar un lato rol revolucionario de transformación de la feudalidad que imperaba en Hispanoamérica. De este modo, en la figura de Tupac Amaru se esbozó una síntesis de más alto valor histórico: la poderosa tradición indígena incaica con la moderna y progresista revolución burguesa. Lo nacional peruano como fermento de una revolución burguesa que hubiera desbaratado la feudalidad colonial. En la entraña de la rebelión de Tupac Amaru anidaba un movimiento de verdadera liberación nacional, en doble sentido:

- Independencia del yugo colonial español.

- Plasmación de la nación peruana sobre base indígena y liberación de sus fuerzas creadoras.


Por esto, la dimensión del gran Tupac Amaru es superior a la de Bolívar o San Martín. Estos, a la postre, condujeron un movimiento de emancipación de los criollos americanos; es decir, lograron que los hijos de españoles nacidos en América se emancipen de sus padres los españoles europeos. No hubo independencia nacional, solamente se vio los intereses de las élites criollas que querían gobernar sin tutela los territorios conquistados por sus antepasados españoles.




El ideario bolivariano, el más radical de la emancipación, estaba totalmente nutrido de las ideas revolucionarias de la burguesía europea que había derrumbado a la feudalidad en ese continente. Poco o nada tenía de sustrato nacional americano, y no consideraba la importancia social de la mayoritaria masa indígena. Para Bolívar, los indios eran objetos y no sujetos de la historia de la América emancipada. Bien sabemos que con la independencia criolla la situación de la población indígena empeoró, y la feudalidad no fue abatida.


Pero la revolución tupamarista también tuvo carácter de liberación social, pues bregó y luchó para eliminar la explotación de la masa indígena; quiso redimir al sector social más explotado y oprimido de la colonia. A este nivel nunca llegaron los grandes “libertadores” criollos.


2. Tupac Amaru fue ya un peruano en el sentido moderno, es decir, alguien que tenía en su personalidad el influjo cultural de las grandes civilizaciones indígenas y de la cultura europea. Fue cristiano sin dejar de reivindicar su carácter de inca. Llamó a todos los peruanos cobrizos, negros, blancos y mestizos a luchar contra el abuso y la explotación colonial española. Asumió las ideas igualitarias de los revolucionarios burgueses, pero entendió que la fuerza principal para plasmar tales ideas en América eran las poblaciones indígenas, que también tenían una cultura de solidaridad y de trabajo transformador, susceptible de sintetizarse con la modernidad burguesa.

Tupac Amaru fue el precursor de una independencia nacional y de una liberación social que aún no llega a nuestra sociedad, por eso es el peruano del milenio.






Tomado de la revista Magisterio (Lima-Perú), Año 6, Nº 21, marzo de 2001.




Alejandro Romualdo: Canto coral a Tupac Amaru, que es la libertad



Historia animada: Tupac Amaru

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