LAS HUELLAS DEL HAMBRE
EL PERÚ ES UNO DE LOS 36 PAÍSES CON MÁS ALTA PREVALENCIA DE DESNUTRICIÓN. ESTO TIENE GRAVES CONSECUENCIAS PARA EL APRENDIZAJE Y CONCENTRACIÓN DE LOS NIÑOS EN SU VIDA FUTURA. CONOZCA LAS NECESIDADES NUTRICIONALES DE LOS NIÑOS DESDE QUE NACEN HASTA QUE LOS 3 AÑOS.
Las luchas que algunas madres libran a diario con sus hijos a la hora de comer tienen un mérito enorme, ya que de este esfuerzo dependerá no solo la salud de los pequeños, sino también su óptimo desarrollo intelectual, emocional y social.
Pero dar de comer a un chico inapetente no es un problema terrible, sino solo una parte de la tarea de ser mamá en un hogar económicamente privilegiado. Lo realmente crítico es la situación de aquellas madres que no tienen la posibilidad de alimentar bien a sus hijos. De hecho, en lugares como Huancavelica, Cusco, Apurímac, Cajamarca y Huánuco, cerca del 40% de los niños están desnutridos.
Esta realidad sí que es cruda, porque la alimentación de un bebé en sus primeros años de vida es determinante para su desarrollo futuro. Un chico desnutrido tiene problemas de aprendizaje, concentración y adaptación en el colegio y, por lo general, repite de año o deserta, lo cual implica que sus probabilidades de tener buenas oportunidades laborales de adulto serán muy escasas.
La revista médica “The Lancet”, una publicación muy importante en el mundo, ha editado una serie de informes sobre desnutrición materno-infantil, y uno de sus principales hallazgos es que el Perú es uno de los 36 países en el mundo con más alta prevalencia de desnutrición, ya que más del 30% de niños menores de cinco años están afectados por una mala nutrición. Además, el informe –que fue presentado esta semana en Lima por los doctores Laura Caufield, de la revista “The Lancet”, y Art Martínez, de la fundación Bill y Melinda Gates– indica que cuando la desnutrición se presenta en los dos primeros años de vida los daños que causa son en muchos casos irreversibles, sobre todo en la capacidad física, intelectual, emocional y social de los niños, lo que genera un mayor riesgo de enfermar por infecciones e incluso causan muerte.
Por eso la revista propone, entre otras cosas, promover la lactancia materna, la alimentación complementaria, otorgar micronutrientes a las familias y reducir la carga de enfermedades con medidas sencillas como campañas de orientación para lavarse las manos, entre otras. También sugiere la complementación con vitamina A y zinc para reducir la mortalidad infantil, dado que la desnutrición es la causa subyacente de más del 53% de todas las muertes de niños que se producen anualmente.
Ahora bien, el ingeniero Iván Hidalgo, coordinador de la Estrategia Nacional Crecer, advierte que “la desnutrición se da muchas veces por infecciones recurrentes, por eso tenemos que buscar que la vivienda sea saludable, que tenga una letrina, que la familia tenga acceso a una cocina mejorada (cocina de barro con ducto que saca el humo de la casa no intoxica la familia), entre otras medidas necesarias que se vinculan directamente con la salud y el estado nutricional de las personas”.
Además, como afirma el doctor Manuel Peña, representante de la OPS en el Perú, “una buena nutrición no se consigue solo dando alimentos o suplementos. Nada se resolverá si la madre no se lava las manos antes de cocinar o si el aire está contaminado de humo. Lo que enriquece la estrategia de Crecer es precisamente que no solo tiene en cuenta los nutriente, sino también la salud sexual y reproductiva, el embarazo en adolescentes, servicios de salud, el componente de agua, saneamiento, la educación y producción. Hay que coordinar estas cosas simultáneamente”.
Pero si bien es necesario abordar el tema de manera integral –porque todos los problemas se relacionan unos con otros–, el informe de “The Lancet” sostiene que la nutrición debe ser una prioridad en todos los niveles (regional, nacional y mundial), puesto que representa el componente central del desarrollo humano, social y económico, y constituye un factor clave en el desarrollo del niño, la salud matera y la productividad. La prevención de la desnutrición materno infantil es una inversión a largo plazo que beneficiará a la generación actual y a sus hijos”.
La pobreza extrema conlleva una serie de problemas que comprometen el bienestar de los individuos y el desarrollo de los pueblos. La desnutrición y la manera como afecta a las personas, es sola una de sus manifestaciones, pero es muy importante.
BUENA ALIMENTACIÓN
La nutricionista Karin Serván ofrece la siguiente guía de alimentación para niños de 0 a 3 años:
De 0 a 6 meses: lactancia materna exclusiva. La cantidad de energía requerida es tres veces más que en el adulto, porque hay un desgaste del 20% por el encéfalo y de 60% a 80% por procesos metabólicos.
De 6 a 12 meses: la leche materna se complementa con sólidos. Hasta los ocho meses se les debe ofrecer: cereales sin gluten (arroz y maíz), frutas y verduras (menos espinacas y acelgas). A partir de los ocho meses se incluyen cereales como trigo, avena, cebada, y productos elaborados con estos cereales (galletas, panes, fideos), carnes, pescados, yogur y yema de huevo.
A los 12 meses: se añade un huevo completo, verduras de hoja, queso fresco y demás alimentos de la dieta familiar.
De 1 a 3 años: dar especial importancia a alimentos como lácteos (no menos de 500 ml de leche o yogur al día), cereales (mejoran la calidad proteica de la dieta complementándolos con menestras), pescado (de tres a cuatro veces por semana), huevo (una a tres veces por semana), frutas y verduras.
Noriega, Maritza (2008). “Las huellas del
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