A los 20 Rita se asentó en sus reales: “No tengo ninguna vocación para la vida matrimonial ni la maternal y quiero reanudar mis estudios. Estoy convencida de que lo mío es la medicina”. Aunque siempre se sintió el patito feo de la casa, rodeada por hermanos brillantes que la acomplejaban, se llevó el Nobel por el descubrimiento de la proteína NGF (factor de crecimiento nervioso), que compartió con su colega Stanley Cohen.
Durante la persecución nazi Rita emigró con su familia al sur de Italia para ocultar su identidad. Instaló en su habitación un improvisado laboratorio y prosiguió sus indagaciones sobre la función y estructura del sistema nervioso en embriones. Más adelante se trasladó a Estados Unidos, donde continuó sus investigaciones sobre las neuronas; buscaba resolver el fenómeno de la conciencia humana. En la Universidad de Washington de Saint Louis realiza sus mayores hallazgos.
Levi, que preside la ilustre Enciclopedia Treccani italiana, apunta que seguimos siendo animales guiados por la región límbica palocortical, “por eso no podemos seguir evolucionando desde el punto de vista somático, pero sí desde el punto de vista de la informática”. Es decir, a falta de un nuevo desarrollo de la neocorteza, tendremos que apelar a las computadoras.
Esta heredera de Hipatia (la sabia Alejandrina que murió asesinada por pensar demasiado en el siglo IV por monjes misóginos) recomienda mantener el cerebro ilusionado y muy activo para conservarlo joven y evitar que se degenere. Esto debe tener el vilo a las empresas cosméticas, ya que no es necesario inventar cremas antiarrugas para el órgano mayor.
Un periodista estilo Schopenhauer le preguntó una vez: ¿Qué haría hoy si tuviera 20 años? Y ella respondió: “¡¡¡Pero si lo estoy haciendo!!!”. Seguidamente, el reportero le pidió la receta de la inmortalidad: ¿Si hago tales cosas viviré más? A lo cual Rita (me imagino que a esas alturas bostezando) le contestó: “Vivirá mejor los años que le toquen; eso es lo interesante”.
Marcela Robles
Tomado de El Comercio (Lima-Perú), 25.05.08.
Científicas peruanas ganan concurso
La vehemencia femenina traspasa todos los límites incluso los de la ciencia. Eso demostraron dos mujeres científicas peruana, cuyas investigaciones con plantas ganaron la tercera versión del Premio Por la Mujer en la Ciencia.
Las doctoras Ana Muñoz Jáuregui y Luz Rayda Gómez-Pando, de la Universidad de San Martín de Porres y de la Universidad Nacional Agraria de La Molina, respectivamente, presentaron trabajos en base a investigaciones con quinua y yacón y por ello obtuvieron cada una 30 mil soles para continuar con su labor en el campo de la ciencia.
El representante de la empresa L’oreal Perú, Miguel Zamora, entidad creadora del Programa Por la Mujer en la Ciencia (For Woman in Science) y el Presidente del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica, doctor Augusto Mellado Méndez, entregaron el premio a estas destacadas científicas.
Mejoramiento de plantas
El primer trabajo ganador fue el “Estudio de la respuesta al estrés salino en quinua e identificación de los mecanismos de tolerancia”, de la doctora Luz Rayda Gómez-Pando, que tuvo como objetivo incrementar la producción de quinua, desarrollando nuevas variedades y expandiendo su cultivo en zonas que se caracterizan por su salinidad o en lugares que por el calentamiento global tengan dificultad para el cultivo.
Este estudio se realizará en dos niveles, en el primero se identificarán las plantas de quinuas que son tolerantes a las sales y una vez seleccionadas, en el segundo nivel, se analizarán los diferentes estadios de cosecha.
La doctora Gómez-Pando, quien se autodenomina “mejoradota de plantas”, explica que sus investigaciones las realiza pensando en el futuro porque el trabajo que hace hoy se verá reflejado en muchos años después. “Yo preparo las variedades (de semillas) para cuando se presente el problema del calentamiento global, los agricultores no tengan preocupaciones y no haya escasez de alimentos en el Perú, ese es mi trabajo”, dijo.
Reconocimiento al sacrificio
El segundo proyecto ganador fue el de la Dra. Ana María Muñoz Jáuregui, de la Universidad San Martín de Porres, con el estudio de “Influencia del secado a la sombra y del atomizado en la capacidad antioxidante y el contenido de compuestos fenólicos de las hojas de diferentes ecotipos de yacón”.
Esta investigación tiene la finalidad de darle un valor agregado al yacón, exponer la propiedad antioxidante además de las antimicóticos mediante un procedimiento que se basa en el secado a la sombra de las hojas de este tubérculo.
La doctora Muñoz refiere que el producto es utilizado para hacer té, cápsulas y para preparar productos nutracéuticos.
Con respecto al reconocimiento, la doctora en Bioquímica destacó la importancia del premio Por la Mujer en la Ciencia.
“Este premio busca reconocer la integridad de la mujer. Es decir, con todos sus valores como madre y como científica que se sacrifica día a día para hacer ciencia”, expresó.
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Programa para mujeres
El representante de Concytec destacó el incremento de la participación de la mujer en concursos científicos. “La mujer tiene condiciones que muchas veces supera a las de los hombres científicos, la mujer es muy prolija, muy detallista y pone demasiado empeño en lograr resultados aun a costa de sacrificios”, precisó.
El Programa Por la Mujer en la Ciencia nace de la toma de conciencia sobre la falta de representatividad de las mujeres en el mundo científico. Según Miguel Zamora, ellas son autoras de muchas fórmulas y de cientos de artículos científicos. “Nos interesa trabajar a favor de la ciencia”, indicó.
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Cecilia Mendoza
Tomado de La República (Lima-Perú), 27.10.10.
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