En esta ocasión les presentamos una de las narraciones del interesante y didáctico libro El hombre que calculaba de Malba Tahan, seudónimo del brasileño Julio César de Mello y Souza, Donde se cuenta la famosa leyenda sobre el origen del juego del ajedrez, que Beremiz Samir, el Hombre que Calculaba, narra al Califa de Bagdad, Al-Motacén Billah, Emir de los creyentes.
Difícil será descubrir, dada la incertidumbre de los documentos antiguos, la época precisa en que vivió y reinó en la India un prícipe llamado Iadava, señor de la provincia de Taligana. Sería, sin embargo, injusto ocultar que el nombre de dicho monarca es señalado por varios historiadores hindúes como uno de los soberanos más ricos y generosos de su tiempo.
Adscrito al deber que le imponía la corona, de velar por la tranquilidad de sus súbditos, nuestro buen y generoso monarca se vio obligado a empuñar la espada para rechazar, al frente de su pequeño ejército, un ataque insólito y brutal del aventurero Varangul, que se hacía llamar príncipe de Calián.
El rey Iadava poseía, según lo que de él nos dicen los historiadores, un talento militar no frecuente. Sereno ante una inminente invasióm, elaboró un plan de batalla, y tan hábil y tan feliz fue al ejecutarlo, que logró vencer y aniquilar por completo a los pérfidos perturbadores de la paz de su reino.
El triunfo sobre los fanáticos de Varangul le costó desgraciadamente duros sacrificios. Muchos jóvenes xatrias* pagaron con su vida la seguridad del trono y el prestigio de la dinastía. Entre los muertos, con el pecho atravesado por una flecha, quedó en el campo de combate el príncipe Adjamir, hijo del rey Iadava, que se sacrificó patrióticamente en lo más encedido del combate para salvar la posición que dio a los suyos la victoria.
Terminada la cruenta campaña y asegurada la nueva línea de fronteras, regresó el rey a su suntuoso palacio de Andra. Encerrado en sus aposentos, sólo salía de ellos para oír a sus ministros y sabios brahmanes cuando algún grave problema lo llamaba a tomar decisiones de interés de la felicidad de sus súbditos.Con el paso del tiempo, lejos de alejarse los recuerdos de la penosa campaña, la angustia y la tristeza del rey se fueron agravando. ¿De qué le servían realmente sus ricos palacios, sus elefantes de guerra, los tesoros inmensos que poseía, si ya no tenía a su lado a aquél que había sido siempre la razón de ser de su existencia? ¿Qué valor podrían tener a los ojos de un padre inconsolable las riquezas materiales que no apagan nunca la nostalgia del hijo perdido?
Un día, al fin, el rey fue informado de que un joven brahmán -pobre y modesto- solicitaba audiencia. Llegado a la gran sala del trono, el brahmán fue interpelado, conforme a las exigencias del ritual, por uno de los visires del rey.
-¿Quién eres? ¿De dónde vienes? ¿Qué deseas de aquél que por voluntad de Vichnú es rey y señor de Taligana?
-Mi nombre, respondió el joven brahmán, es Lahur Sessa y procedo de la aldea de Namir, que dista treinta días de marcha de esta hermosa ciudad. Al rincón donde vivía llegó la noticia de que nuestro bondadoso señor pasaba sus días en medio de una profunda tristeza, amargado por la aunsencia del hijo que le había sido arrebatado por la guerra. Gran mal será para nuestro país, pensé, si nuestro noble soberano se encierra en sí mismo sin salir de su palacio, como un brahmán ciego entregado a su propio dolor. Pensé, pues, que convenía inventar un juego que pudiera distraerlo y abrir en su corazón las puertas de nuevas alegrías. Y ese es el humilde presente que vengo ahora a ofrecer a nuestro rey Iadava.
Como todos los grandes príncipes citados en esta o aquella página de la historia, tenía el soberano hindú el grave defecto de ser muy curioso. Cuando supo que el joven brahmán le ofrecía como presente un nuevo juego desconocido, el rey no pudo contener el deseo de verlo y apreciar sin más demora aquel obsequio. (Continuará..)____________________
* Xatria: Casta militar y una de las cuatro en que se divide el pueblo hindú. Forman las otras los brahmanes (sacerdotes), vairkas (operarios) y sudras (esclavos).
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